videojuego

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He visto lo mismo con mis hijos. Alquilé un servidor para ellos y se ha convertido en un sitio de reunión para ellos y algunos de sus amigos. Es un espacio útil, pues de otra manera, ellos no suelen salir a jugar con amigos como hacían sus padres cuando jóvenes.

Esa es quizá la mejor cosa del juego, el tiempo y las aventuras que hemos tenido padres e hijos jugando juntos. Como esa vez que nos emboscó un monstruo que nos metió a una caverna, y nosotros sólo teníamos una antorcha para buscar la salida.

Octeto Studios es el nombre de la compañía detrás de este videojuego, que muestra cómo Lucho, un vagabundo acompañado por su perro, es contactado por los “extrate-mayas” para informarle que ha sido elegido como el último heredero del trono maya.

La pasión de su hijo por el juego ha traído otros beneficios, algunos van más allá del ambiente computacional, como haberlo integrado al grupo de la escuela, donde antes tenía dificultades.</p>

Para reclamar su reino y salvar al mundo de la destrucción, Lucho y su fiel compañero deberán vagar por las calles con su carrito de compras recogiendo importantes objetos, entre ellos diversos ítems de la cultura popular chilena como boletos de microbuses, tarjetas bip, alcancías con forma de chancho y camisetas de la selección chilena.

El profesor Joel Levin ha visto el efecto positivo que Minecraft puede tener en las relaciones entre los escolares, especialmente en esos que podrían verse marginados por ser considerados muy metidos en la tecnología.

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