consolas videojuegos

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“Si la historia nos ha enseñado algo es que la mayoría de los jugadores experimentados prefieren generalmente Sony”, dijo Brian Blau, director de investigación de la firma de analistas Gartner. “Pero por ahora no he visto nada que permita decir que una consola le gana a la otra”.

Tanto Sony como Microsoft deben cortejar a dos grupos distintos con estas máquinas: los consumidores que las compran y los desarrolladores de juegos que las apoyan. Hay desarrolladores que creen que la mayor potencia que ofrecen estas nuevas consolas dará lugar a juegos más atractivos. El desarrollador Steve Gaynor, que ha trabajado en Bioshock 2 y en el recientemente galardonado título independiente Gone Home, explica: «En términos prácticos, era un rollo adaptar los juegos muy detallados de la última generación, significaba que los equipos [de desarrollo] tenían que hacer un montón de cosas difíciles para que sus juegos tuvieran tan buena pinta. Ahora los equipos pueden dedicarse simplemente a crear cosas en vez de a averiguar cómo conseguir que funcionen en el hardware disponible».

Otra de las grandes bazas es el llamado juego remoto, que permitirá disfrutar de todo el catálogo que vaya saliendo para PS4 también en la Playstation Vita. Los estrategas de Sony confían en insuflarle vida a su portátil, que ha pasado desapercibida los dos años que lleva en el mercado. El contexto actual de recesión favorece el idilio entre ambos aparatos, según Armstrong. «El fenómeno del juego en dos pantallas es muy interesante, sobre todo en España, donde por culpa de la crisis la mayoría de jóvenes de 30 años no se han emancipado y tienen que compartir el televisor de salón con el resto de la familia. Ahora podrán continuar sus partidas en la cocina o en su habitación»

Los guiños a los creadores independientes también han sido clave para construir la actual reputación de la nueva Play. Acostumbrados a un entorno hostil, que parecía ningunear su talento, los sellos independientes ven ahora cómo Sony les abre todas las puertas. El gigante del ocio electrónico espera que su alianza con los artesanos de la industria sirva de lanzadera hacia un público más casual y esporádico.

Muchos analistas prevén un pronto declive de las consolas tradicionales, pero viendo el vigor con el que han debutado las nuevas PlayStation y Xbox, esos vaticinios habrá que aparcarlos, al menos durante algún tiempo. «En los videojuegos hay muchos intereses creados, mucha tecnología que pugna por controlar el mercado. Nosotros vamos a seguir haciendo lo que sabemos. Por mucho que se diga, en móviles y tabletas la experiencia de jugar no es la misma. En el mundo de la tecnología, todo lo que sube baja y todo lo que baja sube. Dios dirá lo que pasa de aquí a cinco años», concluye Arsmtrong. Mucho tienen que cambiar las cosas para que, al menos en España, jugar a los videojuegos deje de ser jugar a la pley.

En el caso de los consumidores, el declive en la venta de consolas no es sólo un síntoma de que hay más donde elegir (en la década de 1990, las consolas y los PCs eran la única forma de jugar a complejos juegos de pantalla), sino de utilidad decreciente. El diseñador del influyente juego de la película Goldeneye 007, Martin Hollis, me comentó: «Con cada nueva versión, el aumento en la potencia tiene menor valor. Si lo analizamos, la PlayStation 2 suponía un salto grandísimo respecto a la PlayStation. Pero la PlayStation 3 supuso un salto mucho menor. Vamos avanzando por una curva de utilidades decrecientes». Hollis, al igual que muchos otros, cree que a la mayoría de la gente que juega a videojuegos de forma ocasional no les convencerán las diferencias entre las nuevas versiones de las consolas y las anteriores.

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